martes, 5 de octubre de 2010

Un plato que se sirve frío

Al fin se acabaron los largos siglos de lucha en pos de los derechos fundamentales de la mujer. Lo crean o no, ya ha llegado el ansiado día en que las mujeres occidentales han conseguido la igualdad que se merecían frente a los hombres. Todos esos denodados esfuerzos, todos esos sacrificios inhumanos por ponerse a la misma altura que nosotros, por fin han dado su fruto. Y es que esta sociedad, que ha crecido en democracia con dignidad y madurez, no se ha conformado con ver con buenos ojos anuncios de televisión en los que se hace mofa de la (supuesta) ineptitud del género masculino a la hora de poner una lavadora, planchar la ropa, cocinar algo más complejo que freír un huevo, o cuidar a un bebé, sino que se prepara para ese gran momento en que contemplaremos sin inmutarnos como una fémina de armas tomar (por no decir una heroína de su tiempo) abusa de su indefenso amante propinándole una paliza tan brutal como imaginativa...

Qué quieren que les diga, amigos y amigas. Pues que ya era hora de que se defendiera el derecho innegable a que la mujer se vuelva igual de bestia parda y descerebrada que lo peorcito nacido de entre aquellos a los que nos cuelgan dos pelotas entre las piernas. Ya tocaba deleitarse contemplando cómo las mujeres nos maltratan a nosotros y nos dan hasta en el carnet de identidad como en este videoclip. Aún diré más: no quedaré plenamente saciado hasta que algún iluminado (o iluminada) ruede un vídeo donde castren al personal masculino a diestro y siniestro, y si puede ser con material romo y oxidado, mejor que mejor. ¡Hemorragias masivas de origen fálico por doquier! Hay que ver qué bonito y loable resulta este nuevo fenómeno social... Por cierto, yo lo llamo revanchismo, aunque por ahí algunos (y algunas) lo han bautizado con un término de cuyo nombre no quiero acordarme.

El caso es que, de tanto darle vueltas al asunto, al final me va a dar por pensar que esta recién nacida y benefactora igualdad que a todos nos gusta tanto, al igual que la venganza, es un plato que se sirve frío.

(Como si lo estuviera viendo: después de esto me van a llover más hostias que al Adam Levine en el vídeo… ¡Divertidísimo, por cierto!)

3 comentarios:

  1. Mi humilde opinión es que, a día de hoy, y por lo que yo experimento en mi vida cotidiana... la igualdad entre hombres y mujeres aun está lejos de instaurarse en esta sociedad. Todavía se necesita tiempo para conseguirlo.

    (Y mientras viendo ese videoclip muchos piensen "quién fuera él"... yo pienso que ojalá fuese ella, la heroína del comic).

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  2. Buenas noches Señor O´Dhurann, como bien suponía, le va a caer, no hostias, que no soy yo partidaria de la violencia, pero si un comentario de mi parte.
    En primer lugar me gustaría decirle que para mí la violencia no tiene ningún tipo de justificación, venga de la parte que venga. Y que en ningún momento me puedo sentir orgullosa de que la mujer esté en condiciones de igualdad con el hombre porque le dé hostias hasta en el carnet. Todo lo contrario, si ese fuera el requisito para ser igual que los hombres, me avergonzaría de ser mujer.
    Y por otro lado, el video no me parece nada innovador. El tema de la Femme Fatale, de la mujer que utiliza el poder de la sexualidad para doblegar a los hombres, no es novedoso. El mito de la Femme Fatale ha existido en las culturas de todos los tiempos, desde Dalila hasta Mata Hari, pasando por Afrodita, Helena de Troya, Cleopatra, Morgana y otras muchas más que me dejo en el tintero.
    Señor O´Dhurann, esa mujer de belleza turbadora e inquietante con una sexualidad asesina ya cristalizó las pasiones de los grandes escritores del XIX. Salomé fue musa de Flaubert, de Huysmans, de Mallarmé, de Apollinaire. Incluso Oscar Wilde hizo su propia versión en français.
    Así que no creo que la mujer tenga que darle hostias a un hombre para demostrar que es igual a él. Estas Femmes Fatales nos han demostrado que no sólo somos iguales, sino que somos superiores porque podemos maltratar a un hombre sin necesidad de ponerles un dedo encima.
    Y sinceramente, me encantaría ser una Femme Fatale, pero no la de su video, me quedo con la Salomé de Salambô.

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  3. Veo que he conseguido mi propósito de suscitar reflexiones y comentarios por parte del personal femenino de este blog, a quienes tanto admiro. Que sepan ustedes que es un placer contar con comentaristas de su talla, señoras. Y después del pelotilleo, he de decir que me extraña que ninguna de ustedes, inteligentes y agudas como son sin ninguna duda, haya argumentado cómo al protagonista del vídeo parece irle la marcha. A título anecdótico diré que me acabo de enterar de que la pareja del vídeo son pareja también en la vida real. O sea, que si les gusta darse de hostias y están de acuerdo, ¡pa'lante como los de Alicante!

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