Sé que muchos de vosotros estaréis pensando que el título de esta segunda entrada hace referencia a ese célebre dicho que reza "quien esté libre de pecado que tire la primera piedra", pero nada más lejos de la realidad:
1) Quien esto escribe no sabe si está libre o no de pecado, puesto que a día de hoy aún no me han explicado muy bien que es eso de "espiar los pescados" (como si se fueran a escapar de la mar así sin más, ¡ja!)
2) No tengo a mano ninguna piedra, aunque si sirviere a la causa y al caso algún libro de Antonio Gala -entiéndase a modo de objeto contundente y dañino-, siempre podría echar mano de alguno de los que mi madre posee en su colección.
Dicho esto (con menos gracia que un chiste de Arévalo, sí, pero ya me gustaría a mí veros inaugurar vuestro blog a las tres de la mañana...), y siendo novato en estas lides "blogueras" de nuevo cuño, supongo que comenzar con un pequeño texto literario de creación propia es tan buen arranque como otro cualquiera. "Doktor Brühn" (primera entrada de este vuestro blog) es una narración que pertenece a una serie de cuatro microrrelatos que concebí y escribí allá por marzo de 2008 en diversos paréntesis para despejar mi creciente ansiedad ante las oposiciones que se avecinaban aquel verano. Espero que os guste y me comentéis qué os ha parecido.
Y así, sin más, me despido de momento tras esta presentación sui generis. Ahí quedó sita la primera piedra. Bienvenidos a todos.
O sea, que como no tengo bastante con verte ocasionalmente algún domingo día de nuestro Señor, ahora te tengo todos los días al otro lado de la caja del porno.
ResponderEliminarPues nada, otro sitio virtual por el que pasearme todos los días (o al menos, todos los días que haya entrada). Encantada de comentarle Sr. O'Dhurann ;)
ResponderEliminarDon Cristóbal, no sufra usted, que para que no tenga que aguantarme los domingos, esta semana me propongo visitarle en miércoles con chapuzón estival de por medio. ¡A echarnos en agua!
ResponderEliminarSeñorita blackbook, sea bienvenida a este su blog; me congratula felicitarle por contar usted con el dudoso honor de ser la primera fémina en visitar y comentar al hombre que no sabía demasiado (lo cual se puede hacer extensivo al sexo opuesto). Esperamos sus futuras contribuciones con suma expectación.
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