lunes, 17 de enero de 2011

Las rebajas

Sabiéndome una vez más derrotado (aunque finalista) en el concurso semanal Cuenta 140, dejo constancia de los microrrelatos que he presentado bajo los seudónimos que figuran en cada encabezado. Espero vuestros comentarios, opiniones y votaciones...

Iracundo
Las llamaban las rebajas porque eran baratas, restos de serie que se vendían una vez al año. Una noche fui con mi amigo y nos hicieron 2x1.

DarkSoul
El gobierno les recortó el sueldo un 5%. Lo llamaron las rebajas para despistar, pero los trabajadores ya no iban con bolsas a la oficina.

Iracundo (2)
La oferta de trabajo se amoldaba a los tiempos de crisis: doble jornada y mitad de sueldo. Dignidad cero con chaqueta y corbata a juego.

DarkSoul (2)
Era el primer día de las rebajas y no se veía una bolsa en las calles. La crisis estaba hecha a medida y todos se la habían llevado puesta. (Finalista)

Iracundo (3)
Aguantaba lo que le echasen salvo agua para rebajar su whisky. Mientras apuraba el último trago, su mujer cruzó la puerta con las maletas.

Celephais
Le enviaron a estudiar a la raza humana. Jamás descifró aquel ritual urbano en el que todos compraban de todo. Incluso lo que necesitaban.

El prisionero de Zenda
La juez le conmutaba la pena por ir a las rebajas el primer día. El muy condenado guiñó al taquígrafo y dijo que prefería un jersey a rayas.

Penderyn
Vi su rostro en la parada del bus convertido en reclamo comercial. No la veía desde la noche en que se rebajó para lograr su primer papel.

El prisionero de Zenda (2)
La juez le conmutaba la pena por ir a las rebajas el primer día. El muy condenado rechazó la oferta y dijo que prefería un jersey a rayas.

Penderyn (2)
Una tienda ofertaba políticos de saldo en las rebajas. La policía la cerró alegando que ya se vendían a bajo costo en temporada electoral.

3 comentarios:

  1. Si te soy sincera.... ¡a mi me encantan!
    (todos, pero el último de ellos el que más)

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  2. Le felicito por su próspera racha creativa. Tiene remates logradísimos, por decirlo en términos balompédicos.

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  3. Gracias a ambos dos, mis queridos inquilinos. Su fe inquebrantable en mi creatividad (a pesar de mis continuos vacíos en el concurso que nos ocupa) me anima a seguir escribiendo.

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